8 de noviembre de 2006

Compró caimán por internet y juez lo perdonó por estúpido



Anthony Quinn, un inglés desempleado de 54 años y padre de dos hijos, decidió comprar un caimán por internet. Pensó que sería una buena compañía, pues el reptil apenas medía un pie, es decir, unos 33 centímetros. Pagó las 250 libras esterlinas (unos 267 mil pesos chilenos) y le trajeron al animal, pero éste medía cuatro veces más de lo acordado, es decir, un metro 20 centímetros. Quinn reclamó, pero el transportista se negó a llevárselo de vuelta. Quinn se entusiasmó de todos modos y en su departamento del piso 15 de la localidad de Leith quiso crearle un microclima. Instaló un calefactor que casi electrocuta al pobre animal y una piscina inflable donde alcanzaría su tamaño adulto, unos dos metros y medio

El juez le dijo a Quinn: “Si no fuera por la completa estupidez de sus actos, pensaría que detrás de esto hay algo más siniestro. La absoluta ridiculez de las circunstancias son el resultado de su completa idiotez. Quien corrió más riesgos fue usted”.

ya te digo...

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